No te rías con la vida, riéte de ella.

¡Échale caña al vivir! Por que la vida es eso, es caerse y levantarse. Pensar en el pasado, pero nunca anteponerlo al presente. Reir siempre que puedas y llorar solo cuando lo necesites. Joderte los lunes y alegrarte los viernes, esperar con impaciencia el sábado y quedarte sin pasta para el domingo. Perder la cabeza, perder el control. Gritar a la gente que quieres y comerte después tu orgullo, pedir perdón, perdonar. Tomar decisiones inesperadas, decidirlo todo en el último segundo. Jugar con fuego, quemarte. Cometer errores, hacer estupideces y nunca, nunca, pensar en el "qué dirán". Vestir tu mejor desnudo. Pasar de tu amor, y no esperar que nadie lo entienda. Abrazar. Abrazas a quien te abrace y ¿a quién no te abrace? A quien no te abrace no te abrazas y punto, y no pasa nada. Darte cuenta que la vida son dos días y no tenemos tiempo para malgastarlos con quebraderos de cabeza. Darte cuenta de que caer está permitido y levantarte es una obligación, que a rey muerto rey puesto, que no hay dos sin tres, que el tiempo pone a cada uno en su lugar, que ya vendrá otro que bueno le hará y que el dolor es ineviable, pero sufrir es opcional.