Sunday, October 5, 2014





Un nuevo comienzo. Un lavado de cara. Y a partir de aquí, intentar dejar de pensar en el qué dirán, dejar de lado las perezas, los miedos y afrontar esta nueva etapa con entusiasmo. Aunque siempre es difícil, vivimos de decepciones y hay que tenerlas en cuenta. Pero, sólo en cierta medida. Soy de las que opinan que las decepciones, hay que meterlas en el fondo del armario, como aquel jersey que ya no usas, que no te gusta, pero que aún conservas - aunque he de reconocer que rara vez lo hago.

Es difícil dejarse llevar sin pensar "qué será de mí al final..." aunque yo, os aseguro que me sería mucho más difícil poder vivir rodeada de dudas, de pensar cómo hubiera sido todo si hubiera hecho lo que de verdad me llena y no lo que nos han impuesto que tenemos que hacer. Como las modas, que cada día nos cohíben más. Todos nos avergonzamos de esas fotos del pasado en las que nos vemos haciendo el ridículo con ropa que para nada es "in", pero... paraos a pensar, si hace 2 años, quizá 3 os dicen que dentro de un tiempo ibais a remangar los vaqueros, ¿qué hubiérais pensado?
Nadie nace con el tiempo marcado, con fecha de caducidad. No sabemos dónde vamos a despertar mañana, así que seas quién seas y estés donde estés... si tienes la oportunidad de ser más feliz que ayer, hazlo.

"Lucha por tus sueños". No, si el significado de esa frase está bastante claro. Todos sabemos lo que es un sueño, es más, todos tenemos sueños, aunque no sepamos bien cuales son y a veces demos pasos en falso hacia caminos que no nos hacen del todo felices, todos nos marcamos objetivos en la vida. Es una frase de tan solo cuatro palabras, pero a la hora de llevarla a cabo, no es tan sencilla como parece y la mayoría de las veces nos damos de bruces con la realidad al intentarlo.

Hay una frase que mi madre suele decirme muy a menudo. La cual me describe, por suerte o por desgracia, bastante bien. "Lucía si no gana, empata". Me hace sentir fuerte, aunque tenga mis momentos de debilidad - que no son pocos - y a veces inclúso orgulosa de haber llegado a donde estoy por mi esfuerzo y algún que otro empujón - que muchas vecess no necesitamos, pero qué bien vienen para abrir los ojos. Qué bien sienta tras mucho caerse, conseguir cruzar la línea de meta ¿Y lo poco que cuesta esforzarte por algo que te hace feliz?

Así que, ¿por qué no empezamos hoy a querernos más y a pensarnos menos?