Tú, llamalo como quieras, algunos lo conocen como "almas gemelas"

Estamos unidas. Sí, estamos muy unidas. Ella es fuerte, lo sé, sé que es fuerte... que no caerá ante nada, que siempre podrá levantarme a mi y echar más leña al fuego, sé que ella es de esas, de las que se curan sus heridas con tiritas de alambre, las que tienen más de cien mil balas en el corazón y a la que no le sirvió ninguna para pararse. Y ahora estamos unidas, somos como uña y carne, la una depende de la otra. Sí, se llama amistad. Pero amistad de la buena, de la que solo puedes decir que tienes dos, o tres, para los que ya tienes asignado tu dedo de la mano.
No una amistad, que se demuestre diciendo te quieros a todas horas, ni que te abrace cada dos por tres, es más, es una amistad forjada no solo de cariño, sino de discusiones, de desigualdades, de todas las pequeñas diferencias que poco a poco se van haciendo grandes, y por las que hemos pasado, por todas las dificultades que conlleva el poder decir, es mi "mejor amiga". Mi apoyo, mi constante apoyo.
La que hace las cosas bien, sencillas. Que te quiere, siempre, y lo dice, cuando necesita ser dicho. La que te abraza cuando vé que de verdad lo necesitas. La que se tumbaría contigo miles de horas en un prado, en silencio, porque tiene la suficiente confianza como para hacerlo, como para estar ahí, sin decir nada, o diciendo de todo, sin hablar de nada. Porque mucha gente tiene alguien con la que hablar, una persona o inclúso varias, yo misma la tengo, pero muy pocos para estar callada, escuchando únicamente lo que pasa por mi interior. Es ella, es la que no te deja quedarte en casa, susurrando su nombre entre las sábanas. Una de las razones por las que te levantas temprano y te acuestas tarde. La que es capaz de renunciar a mucho por ti, y por que seas feliz. La que te dedica miles de sonrisas al día.
Nadie está solo, nunca estás solo, siempre tienes a alguien, perdido... en algún sitio. Lo único que tienes que hacer es perder un poco de tiempo, buscando... un faro que te ilumine, una vela en pleno apagón.
Porque sé, que si es tu amiga, si de verdad te quiere, por muchos distanciamientos, peleas, riñas, como lo quieras llamar, que haya... va a estar ahí, cuando de verdad lo necesites. Se llama amistad.