Tuesday, February 15, 2011

C'est la vie



















Bueno, sí, podría decir que no le echo de menos, que mis días siguen marchando bien desde que no está, que no le necesito para nada. Sí, la verdad es que podría hacerlo, sonriendo de oreja a oreja podría afirmar que, realmente, su "adiós" no causó estragos en mí. Podría decir que ya nunca sonrío al recordar sus besos, lo genial que me lo paso con mis amigos, lo genial que es mi rutina y lo poco que me acuerdo de él a lo largo de la semana. Que mis mañanas son geniales desdde que no le veo, que mi corazón, ya nunca le llama, que ya no le necesita para seguir latiendo. Podría contaros, por ejemplo, que hay otro en su lugar, que hace las cosas mejor que él, que soy feliz, probablemente, más feliz de lo que había sido nunca. Podría deciros, no sé, que ya no le espero... pero en el fondo, sabría que sigo aguardando su regreso para poder volver a sonreir, de verdad, con ganas. Que sigo necesitando sentir su dulce aroma, ver esos ojos que tantas y tan tiernas veces me miraron, disfrutar de esa sonrisa como ayer. Podría escribir líneas y líneas, plasmando en este blog, todo lo que me hace sentir, todo lo que supuso un día para mí y lo que aun supone, pero no... la nostalgia, a veces, duele. Nos puede traer preciosos recuerdos, que nos haga feliz recordar, pero tarde o temprano, caemos en la cuenta de que no volverán. También puede recordarnos, los momentos no tan felices, en los que no ganamos tanto, cada lágrima que se deslizó por tu mejilla, cada vez que quisiste acabar con todo y todas las que no conseguiste acabar con nada, todas las veces que quisiste morirte y todas las que no lo hiciste. A veces, la nostalgia, no es tan bonita como dicen, porque a mí, la poca que tengo, solo me trae dolor y decepción.

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