Thursday, April 7, 2011

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Realmente, sabemos de dónde venimos, pero rara vez tenemos claro a donde vamos. Yo, a veces, me siento perdida, siento que aunque mis pasos sean firmes y tenga las ideas claras, no tengo una dirección concreta en la que caminar, pero aun así, sigo caminando; sin miedo.
Intento buscar respuestas de por qué estamos nadando en ningun mar, respuestas de qué está pasando, qué me está pasando; las cuales soy incapaz de hallar. Me siento perdida entre todos los reuerdos del ayer y las dudas del mañana. Pero, sigo caminando, ahora con miedo, indecisa. Es entonces cuando me paro. Me siento (decidí llamarlo así). Pienso en todas las cosas que han ido pasando en este poco tiempo, todas las cosas que viví, todo lo que tenía y todo lo que no tengo ahora. Tengo miedo, estoy vacía. Ahora corro. Sin ningún punto de conexión con la realidad que me rodea, sin mirar a ningún lado, apenas parando para respirar.
Entonces, me di cuenta del error que estaba cometiendo "¿En qué estás pensando? Huír de todo no es la solución" Me di cuenta de que algún día tendría que enfrentarme a la cruda realidad, que retrasar ese día solo me traería más problemas. Me decidí a volver. Siguiendo mi instinto, con la esperanza de que a mi regreso todo siguiera como lo había dejado. El viento borra mis pisadas. Sigo perdida. El miedo sigue ahí, también. Miles de voces en mi cabeza, que me dicen lo que debo hacer, pero que no coinciden entre sí. Les grito, pero parecen no oirme. Sigo caminando, ahora estoy más segura. Pienso, que sé cual es mi destino, que encontraré mi camino, que solo he de caminar (aunque en el fondo sé que si no sé hacia donde ir, nunca lo encontraré).
Las voces siguen, intento caminar hacia ellas, con la esperanza de que tras la niebla alguien se esconda, aunque estoy segura de que no hay nadie. Al fin, les grito y me siento, cansada, desesperada, rendida...
Entonces, se callan y me dejan continuar mi camino. "Volver a empezar", parece fácil, ¿verdad? Sigo con mi supuesto camino, sigo buscando respuestas. Me siento sola, probablemente, inclúso echo de menos las irritantes voces.

Debería no pensar que estoy sola, no aferrarme a las personas, porque al fin y al cabo, cada uno barre su casa y les da igual si los demás no tienen escoba. Al fin y al cabo, cada uno tendremos que seguir con nuestro camino y si hay algo que no es fiable es que las personas que eligas para seguirlo, vayan a permanecer contigo. Y cuando te abandonan, si de verdad las necesitas, es ese momento que parece que tu corazón quiere salir de tu caja torácica. Aunque a veces, no nos damos cuenta de que no nos abandonan, sino que nosotros mismos, cínicamente, echamos a los que de verdad importan. Esa sensación. Tu vida se acaba, o eso crees. Mucha gente no entenderá esto, quizás cuando les destrocen y tengan que comenzar una nueva vida, quizás... quizás entonces lo entiendan.

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