Tuesday, January 4, 2011

No hay dos sin tres

Pff.. segunda entrada del año. Hola, bienvenido, parece que el tiempo pasa y yo sigo parada. No veo la diferencia. Probablemente debería pensar que este año va a ser totalmente nuevo, un año lleno de emocionantes aventuras y que podré recuperar las ganas y la ilusión de levantarme una vez más. Probablemente no suelo pensar lo que debo.

Sigue lloviendo. Sigo sin ganas. El árbol sigue alumbrando y los corazones reblandeciendose empalagosamente. No nieva, está claro, llueve. Las farolas nos alumbran una oscura noche más. Nos guían en la oscuridad. Las calles siguen vacias y las gotas siguen callendo por el cristal, lenta y suavemente.

Nada ha cambiado. Nada. Subes, bajas. Corres, saltas. El tiempo se te pasa volando o parece que los minutos, directamente, no pasan. Nada. No cambia. No puedes hacer nada. Ni el tiempo se va a parar porque tú no quieras caminar, ni va a ir más lento porque te lo estés pasando bien. Nada. Tú no eres dueño nada más que de tu pelo. Sí, de tu pelo sí. Puedes hacer con él lo que quieras, aunque a veces no te quede demasiado bien y cuando te queda bien, nuestro querido clima decide aguarte la fiesta y te manda una ola de humedad. Pero no podrás decir que no has hecho con tu pelo, lo que querías hacer con él.

Alguien me dijo alguna vez que la vida era como un parchís. No sé. No somos fichas de colores. Pensé que se referiría a que al fin y al cabo todos tenemos nuestro lugar y acabamos regresando a él, una y otra vez, cuando nos comen. Cuando nos destruyen. Puede, no sé. Tal vez se refiriera a que todo está escrito y si decides no moverte. Te comerán. Sí, así de claro. "O comes o te comen". No sé. De todas formas yo sigo sin ver que el mundo sea de colores. Mi vida no es de colores. No hay dos sin tres y ninguno somos fichas iguales.

No comments:

Post a Comment