Eso somos tú y yo

Sí, no sé, quería comprobar si después de tanto tiempo podría describir algo que no fuera él. No son buenas fechas para ser fuerte, la navidad suele reblandecer los corazones. Llueve. Una ventana mojada, los sueños por el suelo y las luces del árbol que como si nada pasara, se encienden y se apagan divertidas desafiando a todos y cada uno de mis sentimientos. Rompiendo mis esquemas. Incumpliendo mis normas.

Ya está bien, es suficiente. Mañana es la cabalgata. ¿Recuerdas todo lo que soñaste entonces? Ni con esas puedes pensar en positivo. Millones de gotas. Esta vez solo están en la ventana. ¿Ves como caen? No tienes corazón.

Claro que lo tiene, pero no te pertenece. ¿Sabes? Siempre he pensado que viviría una de esas historias apasionantes, que nunca me aburriría. Hola, sí, bienvenida a la dulce adolescencia. Me aburren las calles. Me aburre el ruido del puto despertador. Estoy cansada del tictac, del pasar de las horas y de que siempre alguien nos ponga un "como" y un "cuando" para hacer no lo que queremos hacer, sino lo que los demás, creen oportuno que hagas.

No. Eso si que no. Eres dueño de cada locura, de cada momento, de cada vez que no oyes el despertador y te quedas dormido, eres dueño de las escusas de después, dueño de tus actos, de las gotas de lluvia que caen por tu ventana, eres dueño de la última gota que derramaste y de la última de batería de tu ipod. Es tu vida, joder.

¿Sabes que creo? Ni tu vida es tuya, ni tus actos los decides tú. Vives 365 días mirando con lupa lo que opinan los demás de tí. No puedes enamorarte porque tienes miedo de que te quieran de verdad y la verdad, aunque parece que te encante decir tequierotenecesitotedeseo, no tienes ni idea de lo que es querer y de todo lo que conlleva. ¿Sabes que es lo que más odio? Que me conoces demasiado bien.