Se te nota en la mirada que vives enamorada

Es una sensación extraña que recorre cada centímetro de tu cuerpo, palmo a palmo, que te pide a gritos quererle, abrazarle, besarle, que no te deja vivir sin tenerle. Es esa sensación que te hace sonreír con su sonrisa y la misma que no te deja dudar ni un minuto que desearías pasar toda la vida a su lado. La sientes cuando te levantas con ganas de él, de escuchar su voz, de ver sus ojos y de perderte en su mirada. Como cuando te pierdes entre la multitud y solo existe él y en ese momento te daría igual estar en París que estar en Nueva York, en ese momento daría igual que fuera el fin del mundo, nada te asusta, solo está él y sus ojos marrones mirándote, y su sonrisa, y su olor tiñendo de rosa los días negros, lo demás no existe o, simplemente, no te importa... Es cuando te das cuenta de que solo te importan esos "te quiero" susurrados, que aunque nunca te haya prometido un "para siempre" ni tan siquiera un "para un rato" confías en que no vaya a irse nunca. Cuando las horas se convierten en minutos y los minutos en segundos y los segundos... los segundos no son nada a su lado, pero te sientes obligada a agradecerle cada uno de los que te regala.