Wednesday, March 16, 2011

Ich liebe dich.

(te quiero, je t'aime, I love you, ti amo, eu te amo) No es una frase complicada, en ninguno de los idiomas lo es. Un italiano podría decirle a un francés que le quiere, en su propio idioma y a este, no le haría falta echar mano de ningún diccionario para comprenderle.
Bien, entonces, la dificultad no tiene nada que ver con el idioma, ni con la pronunciación, pero, entonces, ¿por qué nos lo callamos siempre?
Estamos tan acostumbrados a verlo en las redes sociales y en los mensajes de texto. No nos cuesta nada añadir un "te quiero" para despedirnos o cuando nos dicen algo, que nos ha alagado. Y normalmente, lo hacemos con personas a las que no queremos tanto y a las que realmente importan, como se supone que "ya lo saben" no hace falta decírselo tan a menudo.

Todo esto, no quiere decir que todos los "te quieros" que se dicen a la cara, mirando a los ojos e inclúso susurrados al oído, sean esos "te quieros verdaderos" de los que tanto hemos oido hablar, los que tanta gente han buscado y que yo, personalmente, dudo haber escuchado. Aunque solemos tender a pensar que si que lo son, porque esa forma de demostrar el amor ha ido desapareciendo con los años, como el escribir cartas o la televisión en blanco y negro... ¿Nuestro error? Confundimos amor y cariño. Querer y amar. Porque cuando parece que alguien se abre a ti, te deja llegar a su corazón, es tan bonito, que nos confiamos y nos agarramos a esa idea que nos ha dejado soñar nuestro "futuro", nuestro idílico futuro y nunca debes agarrarte a nada, ni siquiera a un sueño y muchísimo menos a una persona, porque la vida es cambio ("life is changes") y a veces, dos personas deben de tomar caminos opuestos, no hay más.

Que un familiar te abrace, que te diga que te quiere, hace que te emociones, pero normalmente lo ves como algo normal, algo que no se sale de tu rutina. Que un amigo lo haga, te proboca una emoción satisfactoria y dependiendo del amigo, puede parecer que te da un vuelco el corazón. Si lo hace esa persona, como diría cualquier adolescente ahora mismo, puede hacer que te sientas "a 3 metros sobre el cielo"

Sí, no sé, un "te quiero" es como esos regalos que le hacias en el parbulario a tu madre, esos regalos que por horribles que fueran, llegabas a casa y se los dabas con una sonrisa de oreja a oreja y la mejor de tus intenciones y a ella... a ella le encantaba, incluso lo ponía en el salón, delante de todas las figuritas de diseño, aunque cualquier persona que llegara y lo viera, no lo entendiera a ella le gustaba. Pero si se lo diera cualquier otra persona, probablemente el "regalito" estaría condenado a vivir eternamente encerrado en un cajón... eso nos pasa a nosotros con los "te quieros", si no son de la persona que queremos, cínicamente los rechazamos, cerrando puertas que, nunca sabemos si podrán volver a abrirse o si algún día nosotros querremos que se abran.

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