Thursday, March 28, 2013

Without

Y no creo que haga falta cambiar para convencer, ni dar más para recibir...
QUe a veces querer y ser querido pueden parecerse, pero no ser lo mismo. Que el que vale, vale. Que las palabras sobran y se las lleva el viento. Que hasta el más malo, no es tan malvado. Que el bueno, no siempre es el mejor, ni tan convincente. Que quien espera, obtiene su recompensa y el que desespera lo pierde todo. Que lo sé.

Que no hace falta que me expliques en que consiste esto a lo que hemos decidido llamar "vida": que yo ya sé lo que es amar, que ya sé lo que es esperar.  Y a veces, no necesitamos que nos pase algo tan malo para recibir algo bueno. Que las cosas que pasan, pasan porque tienen que pasar. Sin más. No hace falta darle más vueltas de las que tiene.

Que ahora mismo hay gente que se lamenta por una ruptura con su pareja mientras otras lloran por alguien a quien no podrán ver a su lado... nunca más. Que el amor puede llegar en un pestañeo. Un segundo y ya está e irse antes de contar 10. Las personas más cercanas en tu vida, pueden convertirse en las más lejanas. Quien ahora está y te da la mano, mañana puede no estar y darte la espalda.

Lo que si tengo claro es que: quien no arriesga, no gana. Que la vida pasa, el tiempo corre y que a veces esperamos demasiado sin darnos cuenta de que cada suspiro cuenta.

Pero siempre cometemos el error de ver solo lo que está lejos y no nos damos cuenta de lo que de verdad tenemos, todo por estar ciegos, por estar sordos de lo que no queremos escuchar. Por no querer dar importancia a cosas que lo merecen y ¿después? Después vienen las lamentaciones y el pensar en lo mucho que perdimos.

Y al final somos cómplices de dejar pasar las oportunidades.
El uno por no saber hablar a tiempo y el otro por no saber hablar a tiempo.

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