- Amigas, prácticamente hermanas, dijo.
- Mucho más que eso, afirmó.
Y ya han pasado varios meses desde que nos dijimos adiós y lo que más me preocupa es que no solo nos despedimos de ella, nos despedimos de nosotras mismas. De la confianza y las ganas de reírnos por tonterías.
Recuerdo como podríamos pasarnos tardes hablando las cuatro, sin mucho que decir, como teníamos la complicidad y las ganas de poder adivinar pensamientos con miradas y cómo poco a poco nos fuimos haciendo las de siempre, las indispensables, las mejores y las peores, las únicas.
Lo que no pensé nunca es que me iba a poder sentir tan sola ahora que todo se había torcido y tuvimos que elegir caminos distintos.
Nunca pensé que un simple juego nos iba a traer tantas y tan crudas consecuencias.
No comments:
Post a Comment