Wednesday, December 12, 2012

No tengas prisa ninguna, yo te regalo mi tiempo.

12 de Diciembre. Suena el teléfono:
-¿Sí? 
-¿Lucía? ¡Soy la abuela! ¿Qué tal estás? (...) ¿Qué quieres estas navidades? Ya están a la vuelta de la esquina. 
Solo pude reírme. No sabía como decirle que lo único que quería era despertarme todos los días a tu lado.

Así como no entendía como en tan poco tiempo me había acostumbrado así a ti. A tenerte ahí, a verte reír. A tus besos. A tus brazos y a tus abrazos. Al calor que desprendías...

Sé que solo hace más o menos 145 días de aquel 16/06/12, pero podría decirte que no quiero que nadie más sepa como se ve el mundo desde tu cama y espero que nadie más descubra lo fácil que se ven las cosas  entre tus brazos, que no le vuelvas a decir a nadie 'te quiero guatona' como me lo dices a mi. Podría decirte también que cuando estamos juntos parece que nada más sucede al rededor (aunque tampoco necesito que pase nada más, ni siquiera el tiempo). Que contigo, sale lo mejor de mí, lo que tengo dentro, donde nunca nadie había llegado.

Aunque también sacas lo peor de mí. Ni te imaginas como llegas a sacarme de quicio a veces. Algunas veces nos parecemos tanto, que en ocasiones me entran ganas de matarte jaja. Pero, en cambio, hay otras en que no consigo entenderte, te me escapas, entonces si que me cabreas... Tanto que me gustaría odiarte, pero no puedo. Es imposible. 

Y cuando digo imposible, es imposible, ni poco probable, ni difícil. Imposible. Con sus nueve letras. Y que venga a alguien a decirme que eso no puede ser, que tengo millones de pequeñas razones por las que te has convertido en una parte imprescindible en mi, con las que podría convencer a cualquiera.

Podría decirte muchas cosas, muchísimas, tantas que asusta... pero de todas ellas prefiero decirte que te quiero.

Buenas noches, pequeño.



No comments:

Post a Comment