Hoy es día 10. Hace exactamente 9 meses de aquel horrible día 10, de aquellos pasillos blancos, de todas las lágrimas, de las despedidas, de tu última sonrisa, de tu última caricia, de tu último suspiro. Hace ya 9 meses, que se dice pronto y aún siento aquellos escalofríos, aquellas ganas de dejarlo todo, el miedo... Ya no lloro, por que sé que tú querías que te recordáramos con una sonrisa y ¿Sabes? Eso es lo que hago todas las mañanas al ver tu foto, al recordar tus ganas (en vano) de vivir.
Hoy es día 10 y como todos los dieces desde entonces te recuerdo, recuerdo tu olor y el sonido de tu voz, la arruguita que te salía en los ojos al reírte y la forma en la que contagiabas tu alegría a todos los que te rodeaban. Recuerdo no solo los momentos buenos, no solo las veces que me arropabas con tu calor, sino también las discusiones, todas las veces que te falle, aunque soy incapaz de nombrar solo una en la que tú me fallaras a mí.
Sí. Es día 10 y tú ya no estás. Sí. Es 10 y aunque no te vea, te siento, como ayer, como lo haré mañana, como lo hice y lo haré siempre.
Por que una persona no deja de estar contigo, de acompañarte, cuando deja de respirar, ni siquiera cuando su corazón deja de latir... se va cuando deja de ser recordada y tú no te irás nunca... lo sé, por que una de las pocas cosas de la que estoy segura es de que ni yo, ni nadie de los que te conocíamos, te olvidaremos nunca.
Sé que el cáncer pudo contigo, pero el olvido no va a poder. Te quiero mucho, CMD.
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