Y es imbecil, y le odio, siempre consigue sacarme de quício (pero, eso es lo que buscamos, ¿no?), pero le quiero. Siempre discutimos, pero lo mejor son las reconciliaciones. Es estúpido, pero es
mi estúpido.
(Cada día un poco más, pase lo que pase, pese a quien le pese)
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